París prohibe la venta de diésel en estaciones
París se está consolidando poco a poco como la capital anti-auto del mundo. Con cada nueva medida, la ciudad francesa se vuelve menos amigable para los automóviles, y la más reciente es la prohibición de venta de diésel en varias estaciones de servicio.
Esta prohibición entró en vigor el 1 de octubre de este año, afectando a determinados puntos estratégicos en la circunferencia de París. El objetivo final es eliminar completamente la venta de diésel en toda la ciudad.
Los que necesiten diésel deberán abastecerse fuera de la ciudad, lo que algunos pueden considerar un signo de arrogancia francesa, algo que parece alinearse con la cultura de París. Los residentes y visitantes solo podrán encontrar gasolina, GLP o electricidad en los puntos de carga disponibles.
Lo preocupante es que otras ciudades europeas pueden seguir el ejemplo de París. En el pasado, se han implementado medidas similares; por ejemplo, en 2021, la ciudad anunció una reducción de la velocidad máxima a 30 km/h, y al final de diciembre de 2023, Amsterdam adoptó una regulación similar.
París se ha convertido en una fuente de inspiración para alcaldes y concejos de otras ciudades europeas que desean implementar estas medidas ‘verdes’, que a algunos les parecen una molestia. Si Amsterdam decide seguir el mismo camino, eso no sería un desastre total, ya que el diésel no es extremadamente popular en los Países Bajos.
Con la reducción de la velocidad, el impuesto de estacionamiento para vehículos pesados y ahora la prohibición de venta de diésel, los habitantes de París se están dando cuenta de que la presencia de coches en la ciudad debe disminuir, y preferiblemente, lo más pronto posible.
Si bien puede ser atractivo tomar fotos con su vehículo junto a la Torre Eiffel, la eterna congestión, las tarifas de estacionamiento desorbitadas y esta nueva regulación plantean dudas sobre si vale la pena todo ello. Tal vez sea más sensato optar por el tren, el avión o simplemente evitar la ciudad.